Tuesday, May 01, 2007

Mucho ruido y pocas nueces

Imagen digital en color (me gustan contradecirme)


Fui este sábado con un grupo de alumnos al Museo de Artes Visuales, que por lo demás es un magnífico museo en la Plaza del Mulato Gil.
Un par de amigos me habían recomendado calurosamente la exposición, sabiendo de antemano que la fotografía alemana de postguerra no es de mucho interés para mí.
Y así fue.
Grandes ampliaciones en color y series de fotos serían, según el catálogo, los mayores aportes de esta escuela.
Las gigantografías me parecen otro intento desesperado y un poco pueril de acercarse al gesto del pintor frente a la tela. La longitud del brazo da entonces una dimensión, el autor frente a un espacio que debe ocupar con su trazo. ¿Qué significado tiene entonces esa dimensión grande en la fotografía? A lo más un acercamiento a las vallas publicitarias en el camino, o el decorado de las vitrinas de las multitiendas. Siempre he creído que la fotografía vive mal en los muros, no es decorativa porque sus interrogantes son muy inquietantes y agotan a quien intenta convivir con ellas.
Sospecho que tenemos nuevamente una operación de marketing para reemplazar la plástica, con su lenguaje de instalaciones, por un substituto mas digerible al consumo.
Siempre recuerdo las exposiciones de Kertesz en París y de Man Ray en N.Y. con copias de época pequeñas, algunas eran sólo contactos de 4 X 6 centímetros que te obligaban a meter la nariz en la obra y entrar en un contacto íntimo de enorme impacto emocional.
Pero volvamos a la exposición alemana. Las obras de Thomas Ruff reproducidas en un libro y alejadas del discurso grandilocuente del gran tamaño no me producen el menor interés.
En cuanto a la serie ¡Vaya novedad! Uno de los elementos del lenguaje fotográfico es aislar el tiempo y el espacio, la serie nos lleva también a la parodia de otro lenguaje: el cine, ya que no se tuvo el coraje de la selección.
Así es que aquí tenemos una muestra que parodia otros lenguajes, es un sucedáneo, una pseudo
plástica y un pseudo cine.
Según el "Diccionario de uso del español" de Maria Moliner: SUCEDÁNEO "se aplica a una sustancia con la que se sustituye o suple otra que falta, escasea o resulta muy cara" y también "se aplica a algo que se considera una mala imitación de otra cosa"
Habría preferido ver una muestra del gran fotógrafo alemán Helmut Newton, quien bajo la apariencia de fotos publicitarias y de moda nos entrega fantasmas desgarradores de su mundo interior. Pero claro, es un autor despreciado por las elites de curadores... ah! y por cierto Horst, de quien acabo de ver una foto suya en remate que no conocía.
El domingo pasado "El Decano", como le dicen, repitió obsecuentemente el texto del catálogo, incapaz de emitir una opinión propia, dos páginas malgastadas en lugares comunes.
Nos falta una crítica capaz de ir más allá de solamente haber leído y repetir hasta la saciedad a Sontag o Barthes, que conozcan autores como Meatyard, Hosoe, Woodman, Klein, Plowden , Gibson, por nombrar sólo a algunos, y que no se limiten solamente a repetir citas inexistentes de Cartier-Bresson sobre el instante decisivo. Los análisis debieran tener que ver con el lenguaje personal y no sobre el despliegue técnico con el que tratan de abrumarnos estos alemanes.

Según Shakespeare: mucho ruido y pocas nueces.

Estamos muy lejos de aquella memorable muestra de Chema Madoz el año pasado en el mismo museo.

1 Comments:

Blogger pvohringer said...

Bendita ira, que nos saca de la muerte cultural y la pusilanimidad en el análisis.
Lucho, bendita ira, que nos mantiene vivos, atentos, anhelantes y desafiantes, en el fondo, creadores al fin, del diálogo y la creatura íntima que es la fotografía.

Grande coño!!!

Paul

9:58 AM  

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